Copio y pego de un párrafo del artículo El Precio que Usted Pagará por Adaptarse al Euro, Los cambios que supondrá la Unión Monetaria en la banca, las empresas y los consumidores de María Irazusta publicado en El Mundo el 14 de mayo de 1997:
Particulares.
Para los ciudadanos, el mayor esfuerzo de adaptación a la moneda única será psicológico. El momento de máxima apariencia de caos se vivirá en la época transitoria, en la que el euro convivirá con el resto de monedas europeas. En la fase real de implantación de esta moneda (2002), es posible que exista una sensación ficticia de abaratamiento de los precios, que invite al consumo desaforado. Algunos artículos cotidianos, como una barra de pan, costarán menos de un euro. Será preciso que el consumidor tome conciencia de que el valor de las cosas es el mismo, aunque el precio varíe.
Otro de los cambios que afectará el consumidor, para bien o para mal, es el redondeo de los precios. En principio, las autoridades europeas estudiarán el modo de que los precios no suban por efecto del cambio de moneda, ya que la inflación podría dispararse.
Conocer el precio real de las cosas no debe ser una preocupación para el comprador. Existen varios mecanismos para realizar la conversión que su proveedor estará obligado a facilitarle. Entre las fórmulas que se manejan destacan: el doble etiquetado de los artículos o que el comerciante facilite una tablilla de conversión que se reparta a la entrada del establecimiento. De este modo, en el periodo de transición será posible conocer el precio en pesetas y en euros.
Vamos, que a lo mejor es que necesito ir al psicólogo para hacer ese "mayor esfuerzo", porque yo no me acabo de adaptar aún al euro y no recuerdo haber tenido una "sensación ficticia de abaratamiento" durante el 2002 ... ni durante el periodo 2003 - 2008.
Por cierto, creo que las "autoridades europeas" o no estudiaron muy bien o salieron por patas sin presentar la fórmula anti-inflación.
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